martes, 28 de agosto de 2018

COACHING CRISTIANO



COACHING CRISTIANO
Jesucristo en el mensaje conocido como Sermón de la Montaña, presenta como identidad de los que creen en él, comparándolos con “...la sal de la tierra, la luz del mundo…” He escuchado numerosos sermones disertando sobre esta poderosa palabra, hombres y mujeres siervos de Dios ungidos con el poder del Espíritu Santo, mas para mí fue muy significativo, cuando meditando en oración, busque su aplicación para mi vida, entendiendo que esta metáfora, está centrada tanto en el “ser” como el “hacer” de todo creyente.
Ahora bien, al identificarnos con la sal y la luz, el creyente es y se muestra en sus actos ante el mundo con una actitud de transformación, se presenta como alguien que vive en la palabra viva de Dios, por lo tanto, su entorno es impregnado de esta esencia. Ser creyente de Cristo no es sólo un ritual o un conjunto de prácticas religiosas, es un modo de vida que se refleja en un accionar diario y que crea a su vez una atmósfera diferente tanto para el como para los que lo rodean.

No obstante, este plan original de Dios no siempre se consuma, ya que la sal y la luz, no cumplen su propósito, aun cuando la palabra de Dios sigue actuando, sigue siendo generativa y ¿cuál es la razón?, esta pregunta me la he hecho muchas veces y la respuesta que he obtenido, es  la ausencia de vivir en el espíritu, son numerosos los pasajes de la biblia donde se nos exhorta a vivir en esta dimensión, los beneficios y las consecuencias de no hacerlo.

Asimismo, me he preguntado ¿cómo vivir en el Espíritu?, y la respuesta está el la Palabra de Dios, la cual insta  a tener un comunión íntima con el Espíritu Santo, ya que es él que nos enseña toda verdad, nos recuerda la palabra de Dios, intercede por nosotros, nos escudriña y sabe que verdaderamente queremos y necesitamos, nos conecta con Dios. Vivir  en el Espíritu es vivir una vida de conexión con la palabra de Dios y sus acción transformadora.

Ante esta realidad debemos desarrollar competencias para la  búsqueda, exploración de introspección, para ponernos en contacto con nuestro ser y con la presencia del Dios vivos y el coaching como técnica nos brinda este entrenamiento, ya que nos permite ver, relacionarnos y actuar de la manera que nos nuestra el manual de vida que es la Palabra de Dios.

Ser cristiano y coach, desde mi punto de vista es una experiencia gratificante, ya que me permitió aglutinar y decantar la palabra de Dios que es viva y eficaz e instalarla desde el consciente al inconsciente y buscar en este aquellos aspectos que juicios y creencias adquiridos desde mi interpretación de la realidad, la cual en muchas ocasiones negaban la efectividad de la fe.

Me permitió elaborar mi historia desde el presente, ya que Dios es omnipresente y me dice que las cosas viejas pasaron que he aquí todas son hechas nuevas, a cuidar mi lenguaje, ya que este crea mi realidad tal como lo dice la palabra, a reverenciar lo que digo, a no emitir juicios porque estos hablan más de mí, que de aquellos a los que están dirigidos. A saber que lo que yo observo es sólo mi interpretación y no la realidad, por lo tanto el amor y el perdón, son prácticas consuetudinarias en mi andar diario.

Esto quiere decir que la palabra de Dios transforma, y acompañada de sentido y propósito, que adquieres con el coaching te pone en la senda creada por Dios para cada uno de nosotros. Es una visión Cristocéntrica, ya que estoy convencida que sólo Cristo salva, perdona, libera, restaura, y nuestro compromiso es poner la mano en el arado seguirle y renunciar a nuestra naturaleza, despojándonos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos y revestirnos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia, santidad y verdad.

Es importante acotar como dice Héctor Teme, “no somos cristianos que hacen coaching, somos coaches cristianos…”, por lo tanto no es nuestro propósito introducir la filosofía del coaching en la iglesia, sino que el poder transformador de la palabra de Dios llegue a todos los estamentos sociales a través de una herramienta de acompañamiento, para despertar en los cristianos el vivir siendo sal de la tierra y luz del mundo.

Efectivamente, en la Biblia término "coaching" no existe, pero hay ejemplos de personajes que hicieron preguntas poderosas y Jesús fue el más relevante de todos. El caso del ciego Bartimeo, que gritaba: Jesús hijo de David, ten misericordia de mi, a lo que Jesús le preguntó ¿Que quieres que te haga? Marcos 10:46-52; otro ejemplo lo tenemos en la historia del paralítico de Betesda Juan 5: 5-9, ante un hombre que tenía 38 años enfermo Jesús le hace una pregunta ¿Quieres ser sano?

Definición de Coaching Cristiano y diferencia conceptual con respecto al coaching secular

El coaching cristiano, es un espacio para ir más allá del llamamiento de Dios, para bendecir vidas, el coach cristiano es un instrumento del Señor para ayudar a otros a crecer, ya que  a través del autodescubrimiento de sus recursos las personas, el coachee, esté listo para nuevos desafíos.

El coach cristiano es un acompañante, que apoya, asiste y ayuda al coachee para que a través de entrenamiento puedas seguir adelante desde dos ópticas, la primera, en lo personal, en la manera de ser; y la segunda, la manera de relacionarse, en la forma de establecer relaciones interpersonales,  todo esto mediante la incorporación de distinciones sustentadas en principios de la Escritura, Manual del Fabricante del hombre, que le permitan una nueva forma de observación que genere un nuevo contexto, para ser un hijo de Dios que cumpla el propósito del Padre en él.

Comparto, como antes señalé la opinión de Héctor Temes, acerca de que el Coaching cristiano, no es llevar el coaching como filosofía secular a la iglesia, sino que somos coach cristianos, ser cristiano es una forma de vida transformativa y en esta dimensión llevamos la palabra de Dios no sólo como un saber, sino desde un conocimiento vivencial y transformador.

En qué se diferencia el coaching secular del coaching cristiano, el primero se centra en el abordaje del hombre desde una perspectiva homo céntrica y relativista, apoyadas en psicoterapias,  mientras que en el segundo, se basa en la palabra de Dios y la ministración del Espíritu Santo, ya que solo Dios lleva el vacío del corazón del hombre.

El coaching cristiano,  entiende que el hombre es una unidad integrada por tres dimensiones: cuerpo, alma y espíritu, por lo tanto se deben emplear  herramientas diferentes para cada una de ellas y las psicoterapéuticas llegan al alma, ahora, el espíritu sólo lo Espiritual, como dice la escritura 2da de Corintios 3:17 “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”

El coaching cristiano es cristocéntrico, no hay otro fundamento que la palabra de Dios, empleando un modelo de abordaje desde la comprensión del poder generativo de la palabra, la observación, la escucha y el arte de la pregunta, para ayudar a las personas a: ver lo que no ven, descubrir quién es y elegir quién quieres ser.

El coaching cristiano que se está ofreciendo, es una opción de escuela de coaching, que incorpora principios bíblicos, los cuales tienen como atributo principal, lo eterno y universal para aquellos que crea que existe algo más, que tienen un vacío que nadie ni nada lo ha podido llenar, Jesús dijo a la mujer samaritana que el que bebiere del agua que él ofrece no tendrá sed jamás y que esta es una fuente que salta, trasciende a la vida eterna.

Como una escuela de coaching, el coaching cristiano que desde ACNIVEN se está impulsando tiene como objetivo acompañar a los hijos de Dios a descubrir el propósito de Dios en sus vidas y a potenciar los dones y los talentos que nuestro Padre Celestial les confirió para el cumplimiento de éste.

Busca ayudar al coachee a aprender, a sacar a la luz todas las habilidades inigualables, con que Dios nos dotó y que a nosotros nos toca, es nuestra responsabilidad conocerlas, saberlas usar y potenciarlas, con el propósito de que estas puedan ser manifestadas, disfrutadas, transferidas y que genere resultados satisfactorio.

Hoy día la sociedad nuestra rasgos de desierto, ausencia de amor que es el valor principal, alejada de principios Divinos, y revisando la palabra de Dios en tres porciones diferentes, por la gracia de Dios se revela el deber ser y el vacío o brecha entre el presente  el ahora y lo que se quiere en el contexto espiritual.

Oseas 6:6 “Porque misericordia quiero y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos”

Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…”

Daniel 11: 32 “… más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”

Al reflexionar sobre el mensaje que encierra estos pasajes bíblicos, automáticamente se dispara un pensamiento, necesidad de aprendizaje, necesidad de aprender a prender. Visualizando este escenario impacta, ya que por años el sistema educativo condujo a pensar  que conocer y saber nos haría mejores personas, por lo tanto se dedicó esfuerzo y tiempo a la formación, y el contexto de la iglesia no fue la excepción. En esta etapa era necesario los maestros, que enseñaran lo que se debía cambiar. Las palabras claves eran saber y el poder estaba en el contenido del mensaje.

No obstante, este conocimiento quedó muchas veces como acumulación de información, ya que para el desarrollo del conocimiento como tal, se requiere la acción de una serie de procesos cognitivos. Estos dependen tanto de las capacidades sensoriales como del sistema nervioso central y de las acciones o interacciones de los siguientes componentes: del conocimiento meta cognitivo, de las experiencias metacognitivas, de las metas cognitivas y de las estrategias.

En otras palabras, para que se dé el conocimiento se requiere que la persona tenga conocimiento de sus propios procesos cognitivos, tales como fortalezas, debilidades, capacidades, habilidades y experiencias. Básicamente, la actividad cognitiva está conformado por tres aspectos:
a.- La persona, se refiere a las creencias que cada individuo tiene de sus propios conocimientos
b.- La conciencia, que tiene la persona sobre las necesidades de recursos para su aprendizaje. Hace referencia a los propósitos de las actividades que realiza el sujeto y los alcances personales que obtiene al realizarlo.
c.- La estrategia, hace hincapié en los recursos que se emplean para llegar a la meta cognitiva, son aquellos que conducen a la regulación. Es la forma que el sujeto controla el aprendizaje, es la autovaloración de sus capacidades, responsabilidades, autonomía y cumplimiento de sus tareas.

De acuerdo con la Teoría de los procesos reguladores de Piaget, los procesos esenciales para la construcción del conocimiento son:
- La toma de conciencia: Proceso de conceptualización de aquello adquirido en el plano de la acción saber - hacer autónomo a partir de la acción, es algo propio de la conciencia, el sujeto va conceptualizando aspectos de su mundo externo a través de las observaciones.
- La autorregulación: En los procesos de autorregulación Piaget explica que el desarrollo cognitivo posee una dinámica interna por la influencia del medio físico o social y a la programación hereditaria.
- La abstracción: Proceso implícito más básico que la toma de conciencia y permite al sujeto extraer determinadas propiedades de los objetos y puede ser: la reflexión es decir diferenciar los objetos de acuerdo a su color, tamaño etc. A través de los procesos reguladores y creando nuevos instrumentos cognitivos se logra el equilibrio cuando una persona se encuentra perturbada debido a la frustración que pueda sentir al estar consciente que no comprende una tarea; y puede ser de carácter retroactivo (feedback) o proactivo (anticipatorio).

Con esto quiero decir que se adquiere conocimientos, códigos mentales, información. No obstante, esto es quedarnos cortos, ya que en la actualidad el contenido es similar, sin embargo, se requiere de un aprendizaje transformacional, que incorpore el conocimiento a la vivencia, a la aplicación. La Palabra de Dios debe impactar vidas, comenzando por la mía, llevando hijos de Dios " sal " u "luz" a las sociedad donde estamos insertos.